ESTATUAS VIVIENTES
Se cree que la existencia de las estatuas vivientes se remonta a una práctica de la Grecia clásica, consistente en disfrazarse de estatua para espiar al enemigo sin ser visto.
Pero también se tiene constancia de que en el Antiguo Egipto ya se practicaba esta forma de teatro.
Son personas con grandes historias las que se dedican a este peculiar arte urbano que, con el paso del tiempo ha ido creciendo manifestándose cada día más en muchos lugares del mundo.
Hasta hace poco las estatuas vivientes eran verdaderas estatuas, que te agradecían unas monedas con una reverencia a modo de saludo.
Más tarde las estatuas vivientes aprendieron a moverse sumidas con la mirada perdida a la espera de unas monedas.
Las nuevas categorías de estatuas, se mueven y este está a la orden del día.
En muchas ciudades del mundo las estatuas vivientes son un fenómeno de moda.
Colocan en su piel todo tipo de pinturas, de color incluso color oro, plata, roca e incluso madera.
Mucha gente se pregunta cómo hacen estas estatuas para estar horas y horas sin pestañar, mientras trascurre el espectáculo.
Dicen que lo argentinos fueron quienes pusieron la moda de las estatuas.
En muchos lugares del mundo donde se ve una estatua viviente, es común ver a un argentino haciendo esa clase de teatro.
Otros dicen que fue en España donde se popularizo este tipo de moda.
La Vida de los Artistas Callejeros
Los días más productivos para los artistas callejeros son los domingos, especialmente si se colocan en lugares muy visitados como parques y plazas. Pero, en líneas generales, como artista callejero es difícil subsistir, ya que la cantidad de dinero recaudada todos los días varía mucho, dependiendo de las actividades que realice cada artista, del lugar y de las horas que se trabaje. En el caso de las estatuas humanas, si se tiene un disfraz muy original y se trabajan 10 horas en un lugar turístico muy concurrido, pueden llegar a ganar un monto de 60 euros al día, teniendo en cuenta que en ocasiones el mal tiempo y las normas pueden influir en la cantidad de dinero que se recaude al final del día.
Para los músicos es aún más difícil, ya que su actividad es más regulada, por lo que en 8 horas de trabajo han de ganar menos que los mimos, titiriteros, magos y estatuas vivientes. Para compensar, intentan hacer un dinero extra grabando su propio CD, que suelen vender mientras actúan, aunque está prohibido.
Más del 80% de los artistas que trabajan en la calle no paga impuestos ni están registrados como autónomos, ya que es difícil calcular cuánto se gana cada día.
Estos artistas/trabajadores pretenden que se haga un régimen específico para sus necesidades, que insinúan podría ser un «régimen mixto», para que se les permita hacer de estatua, por ejemplo, y en el resto de tiempo en que no puedan dedicarse a ello, tener un régimen por cuenta ajena.
En cambio otros artistas que trabajan en la calle, como los pintores y caricaturistas de la Plaza Mayor de Madrid, están dados de alta en el sistema de Seguridad Social como autónomos. El motivo es que tienen un lugar fijo donde realizar su oficio, y trabajan en horarios más o menos estables, lo que no suele pasar con otro tipo de artistas, como músicos, estatuas vivientes, mimos o malabaristas.
Los artistas que tienen un lugar fijo donde realizar su oficio, y trabajan en horarios estables, están dados de alta como autónomos
Hay artistas que actúan en la calle, pero también lo hacen en varios actos o festivales. En este caso, por lo general son contratados por obra o servicio cuando salen de las calles, y casi todos se cotizan como autónomos. Algunos ejemplos son las compañías de teatro callejero, como La Llave Inglesa, los Malabaristas y otros grupos, que se dieron a conocer en la calle y que ahora actúan también en salas. Se da el caso, además, de algunas compañías que incluso actúan de forma fija en ciertos lugares públicos, como Marimba Marionetas y otros grupos de titiriteros, que se presentan cada fin de semana en el teatro de Marionetas del madrileño Parque del Retiro.